Las organizaciones siempre han dependido de la información. Hace décadas, esa información se limitaba en gran medida al contenido en tinta y papel, organizado en archivadores. Hoy en día, la información que necesita gestionar su organización se está multiplicando a un ritmo asombroso.
Almacenar esa información ya no es suficiente para sobrevivir en la era digital actual, la cual se encuentra en un cambio constante. Necesita capturarla sin importar cómo entre en la organización, integrarla con sus aplicaciones empresariales principales, permitir que las personas adecuadas accedan a ella cuando la necesiten, medir su efectividad y valor, y disponer de procesos de destrucción.